Cultura y entretenimientoShe Past Away en concierto She Past Away nos veía agonizar desde el escenario, desangrábamos nuestros oídos y vaciábamos nuestra alma como buenos vampiros modernos
Foto: DJ Cuervo


El pasado 23 de noviembre los sonidos subterráneos de She Past Away,  emigraron sobre los vértices existencialistas y que se tatuaron en una noche, como si la vigilia y el sueño sucumbieran ante los ángeles de esta gran ciudad, reunieron a las almas nocturnas bajo los mantos oscuros, como los cantos de Maldoror a los incomprendidos, dispuestas a realizar una procesión de las manos del dark wave y con la ya famosa etiqueta gothic rock gritando desde las entrañas.

Fueron las garras del Beat 803 las que nos atraparon iniciando con IX Advenom, agrupación de estilo indefinido, pero sumergida en el metal y el industrial, que con un set modesto abrió la noche para el manjar que estaba por venir.

Más tarde se dieron cita I Can Fly, oriundos de la gran Tenochtitlan, hijos dignos del post punk revival. Con viajes al Manchester de los años 80, con bailes descontrolados y con los bailes de la mosca muerta alucinando a Ian Curtis, padre y madre a la vez del género melancolía, el dolor y el desastre de las palabras jugando a la ruleta rusa de las emociones nos apuntan directo al alma con un breve desliz por sus tres producciones: su homónimo I Can Fly, Atlas y Oceans

Beyond Earth.

Ojos desorbitados, sudor a flor de piel, pasos acelerados y palpitaciones al cien, el ansia que se desmoronaba para recibir la comunión en el cáliz que viajó desde Turquía para hacernos fallecer en el intento por deleitarnos con este dúo formado por Volkan Caner y Doruk Öztürkcan, quienes han sido seducidos por The Sisters of Mercy, Bauhaus Y Siouxsie and The Banshees, ¡qué grandes mentores han adoptado!

Entre catedrales y mausoleos góticos, secuencias trituradas en el ambiente etéreo hambriento del cáliz trágico y simbolista, fantasmas que se asoman entre los acordes de Sanri, Monoton, Asimilasyon y el grito de Rituel en la catarsis de aquellos bailes de vampiros que se liberan entre las sombras de la oscuridad, fuimos hipnotizados por casi hora y media con un lenguaje turco.

She Past Away nos veía agonizar desde el escenario, desangrábamos nuestros oídos y vaciábamos nuestra alma como buenos vampiros modernos.

Terminó la ceremonia, el sudor y el aliento acelerado, y luego, este par de turcos que horas antes se habían declarado como admiradores de nuestros Caifanes, se perdieron en el escenario, desvaneciéndose como sombras vagas, difusas... Al final quedaron solo los cuerpos que deambulaban como zombis buscando una la salida hacia la eternidad.

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