En los tiempos en que nuestra universidad era Colegio del Estado el lema de la institución era “Sufragio Efectivo No Reelección”.
En 1937, al avizorarse la posibilidad de que el Colegio se convirtiera en Universidad, el entonces director del mismo, Lic. Manuel L. Márquez, consideró pertinente modificar el lema a efecto de que la institución no apareciese como una de tantas dependencias gubernamenales. De este modo, el 20 de abril del año de referencia convocó a un concurso para escoger el lema de la futura Universidad, bajo las siguientes bases:
1.- Los concursantes deberían depositar en la Secretaría del Colegio un sobre con el lema propuesto, amparado con un seudónimo.
2.- El lema escogido se haría acreedor a un premio.
La calificación del concurso recaería en un jurado en el que participarían personas de reconocida honorabilidad, ajenas ala institución.
El jurado quedó constituido por los señores Luis Lozano Cardoso, Juan de Dios Flores, Enrique Díaz Fuentes, Armando Vergara y Carlos M. Ibarra, quienes se dieron a la tarea de analizar las diversas iniciativas.
En total se presentaron 17 propuestas. El jurado decidió emitir su veredicto el 3 de mayo, y, con el propósito de forjarse un amplio criterio sobre el contenido de los lemas, solicitó el auxilio de catedráticos y hombres de letras como Ramón Díaz Ordáz y Delfino C. Moreno.
La mayoría de las propuestas se caracterizaron por su falta de imaginación, y por su pobreza de contenido. Veánse, por ejemplo, las siguientes frases:
“Por la patria y por la ciencia”,
“De mi brotará la luz”,
“Por la cultura”,
“Patria mejor”,
“Por el símbolo de mi raza”,
y otras por el estilo, impregnadas de un cierto romanticismo decadente o de una visión de la Universidad pasada de moda.
Ante esta situación, el jurado prefirió declarar desierto el concurso, medida totalmente justificada.
Así las cosas, tres días después de la inauguración de la Universidad de Puebla, el 25 de mayo de 1937, el contador José Bustos, secretario de la institución, decidió acuñar por cuenta propia el nuevo lema, que fue plasmado en la frase “Pensar bien para vivir mejor”.
¡Y vaya que resultó una frase excelente!
Sin embargo, fue hasta el 22 de junio de 1984 cuando el Dr. Adolfo Sánchez Vázquez al recibir el grado de doctor Honoris Causa, otorgado por nuestra casa de estudios, ilustró a los universitarios sobre lo trascendente de su lema.
Aquí puedes consultar la docta disertación del Dr. Adolfo Sánchez Vázquez.
Fuente: Tiempo Universitario
:: Año 12, núm.4, abril 2009 ::