Historia del Museo Universitario de Puebla
La historia del Museo Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla se remonta al siglo XIX, cuando por decreto del Congreso del Estado, a sólo cuatro años de la consumación de la independencia, el Colegio del Espíritu Santo, ya con el nombre de Real Colegio Carolino, se convirtió en Colegio del Estado1, en 1825.
En efecto, después de la expulsión de los jesuitas en 1767, el Colegio se secularizó, y en 1790, el rey de España Carlos III ordenó que se fundiera con los colegios de San Jerónimo y San Ignacio, también de la Compañía de Jesús, y lo tomó bajo su patrocinio, por lo cual se le denominó Carolino.
Así, al empezar su vida civil como Colegio del Estado, recibió en legítima herencia no sólo el prestigio que habían alcanzado durante 238 años las instituciones educativas de la Orden de la Compañía de Jesús, sino documentos de valor histórico inapreciable, libros, obras de arte, las cuales se habían salvado de las subastas que se hicieron de los bienes jesuitas después de su expulsión y hasta que se puso el Colegio bajo el patrocinio del monarca español.
Tres años después de que inició su vida civil el Colegio del Estado, se fundó en el primer patio del edificio todavía ahora llamado Carolino, el Museo de Antigüedades y Conservatorio de Artes, el que fue, además, el primer museo que existió en la ciudad de Puebla.
Dicho museo se realizó por iniciativa del arquitecto José Manzo Jaramillo, poblano ilustre, quien nació y murió en esta ciudad (1798-1869), en la que además de ser el fundador del Museo de Antigüedades, participó en la construcción del ciprés de la Catedral poblana, proyectado por Tolsá, y también se encargó de la renovación de dicho Templo Mayor, cambiando muchos de los retablos barrocos por otros neoclásicos, de moda en la época.
También José Manzo construyó la Penitenciaría del Estado, en el lugar donde estuvo el Colegio de San Javier, el cual destinaron los jesuitas para la educación de los naturales.
Igualmente, José Manzo, quien no sólo fue arquitecto, sino pintor y grabador, antes de su primer viaje a Europa, y apenas con 21 años de edad, fundó, al lado de los pintores poblanos Salvador del Huerto, Lorenzo Zendejas, José Julián Ordóñez y Manuel Caro, y del platero Juan Manuel Villafañe, la Academia de Bellas Artes, el 9 de diciembre de 1819.
El Museo de Antigüedades llegó a tener 1226 piezas, entre ellas una colección de numismática, un códice, dibujos, grabados, pinturas, modelos de yeso, objetos de barro y loza, piezas prehispánicas, diversos elementos de ciencias naturales, armaduras y armas y como opina Montserrat Gali Boadella en su libro Láminas y grabados franceses en la Academia de Bellas Artes: "En este conservatorio se llevaron a cabo importantes ensayos tecnológicos, como la fabricación de vidrio plano, las primeras pruebas de impresión litográfica y de innovaciones textiles..." 2
El primer Museo Universitario, y primero también en la ciudad de Puebla, permaneció en el Colegio del Estado hasta 1849, cuando se trasladó a la Academia de Bellas Artes, situada en la Casa de las Bóvedas, al costado del Templo de la Compañía, ahora propiedad de la BUAP, y allí estuvo su acervo hasta 1926, cuando fue trasladado al Museo Regional en la Casa del Alfeñique. En la Academia quedaron muy pocas obras, especialmente pinturas, que recuperó la Universidad Autónoma de Puebla en 1973.
El interés que despertó el Museo de Antigüedades fundado por José Manzo, propició el progreso del estudio de las ciencias en el Colegio del Estado, pues se multiplicaron los espacios para las investigaciones, como lo fue el Jardín Botánico, también en 1828, como lo afirman Miguel Marín H. y Efraín Castro en Puebla y su Universidad. "No obstante su corta existencia, el Jardín Botánico cumplió eficazmente su objeto. Su herbario sirvió para formar la primera famacopea impresa en México (...) Las primeras clases de Farmacia, Botánica y Química que se impartieron en Puebla se albergaron en el mencionado Jardín"3.
En 1841, se impartió la asignatura de Física, aunque sin ningún apoyo instrumental, hasta que en 1869, como lo explica Alberto Pérez Peña en El Colegio del Estado,
en el primer centenario de su vida civil, "por disposición superior se dictó un acuerdo en virtud del cual los aparatos que pertenecían a la clase de Física de la Escuela de Medicina, independiente del Colegio, pasarán a éste, y el 19 de febrero de 1870, se fundó el primer Gabinete de Física con que contó el plantel" 4
Así, cuatro años después, el Gabinete de Física pasó a ocupar la Capilla privada consagrada a San José, del antiguo Colegio del Espíritu Santo, ahora Salón Melchor de Covarrubias, más conocido como Salón Barroco
El gabinete de Física llegó a reunir interesantes instrumentos de mecánica, de electricidad, de medidas de precisión, y dos estaciones de telegrafía inalámbrica, entre otros. Más adelante se formaron también los gabinetes de Ciencias Naturales y de Química, con laboratorios e instrumentos especializados, junto con objetos de diversa índole como esqueletos, fósiles de diferentes animales, ejemplares disecados y muestras minerales.
Todos estos instrumentos científicos fueron utilizados por muchas generaciones de alumnos, pero poco a poco se reemplazaron por otras piezas más modernas, para ser finalmente olvidadas cuando se transformó el Colegio en Universidad y se levantó la Ciudad Universitaria.
Al respecto, el gabinete de Historia Natural, estuvo durante muchos años en el corredor de la rectoría, en los salones frente a ella y finalmente desapareció sin dejar huella.
Fuente: Tiempo Universitario. Año 5, numero 4, H. Puebla de Zaragoza a 28 de Febrero 2002
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