El círculo infantil de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) surge en 1975, en un contexto político y social favorable al movimiento de Reforma Universitaria que estalló en 1972, retomando las banderas del movimiento que surgió en 1961 el cual, si bien logró avances sustantivos en lo referente a la modernización de la universidad, tropezó sin embargo con toda una cauda de obstáculos, siendo el no menor de ellos la resistencia al cambio de las fuerzas derechistas que actuaban en la institución, las cuales preferían que ésta continuase siendo una Universidad aldeana, alejada de las grandes transformaciones que había experimentado el mundo en esa época en todos los órdenes, con tal de asegurarla preservación de sus prebendas y canonjías.
Pese a la represión de que fue objeto el movimiento de Reforma en los años de 1972-1973,los universitarios se sobreponen a los golpes asestados por las fuerzas reaccionarias, encabezadas por el gobernador Gonzalo Bautista O‘Farril, logrando en octubre de 1972 imponer en la rectoría a una persona claramente identificada con los ideales y objetivos del movimiento de Reforma : esto es, el químico Sergio Flores Suárez. A partir de ese momento la universidad logra conquistas sumamente importantes. Así, por ejemplo en 1973, el gobierno del Estado cede a la UAP el Hospital Civil, convirtiéndose éste en Hospital Universitario.
En septiembre de 1975 la comunidad universitaria elige como rector al ingeniero Luis Rivera Terrazas, sin lugar a dudas el representante más conspicuo del movimiento de Reforma, logrando durante su gestión —que abarca hasta el año de1981, ya que se reelige en 1978—todo un cumulo de avances fundamentales para el desarrollo académico, cultural y administrativo de la institución. En ese contexto, decíamos, surge el circulo infantil. Antes de abordar la génesis de esta instancia, habría que señalar que desde muchos años atrás los trabajadores académicos y administrativos de la institución necesitaban de un espacio semejante, para el buen cumplimiento de sus labores profesionales.
Al igual que la mayoría delos trabajadores de nuestro país, requerían de un sitio que les permitiera resolver la cuestión del cuidado y educación de sus hijos pequeños. Al no existir ese espacio, no pocos profesores y trabajadores de servicio tenían que enfrentarse a la disyuntiva de cumplir con su carga de trabajo o de cumplir con sus obligaciones como padres de familia. Algunas trabajadoras –para evitar enfrentarse a ese dilema—dejaban a sus pequeños en la sala del quinto piso del Hospital, a donde les llevaban sus juguetes para que se distrajeran. Dado que no había personal que los atendiese, las madres se turnaban para el cuidado de los niños. Se trataba, sin embargo, de un sitio no apto para esa función, debido a que no reunía las condiciones de higiene que exigen ese tipo de sitios. Esa situación propició que los trabajadores llegaran a la conclusión de que ya no era posible continuar posponiendo esa problemática, por lo cual decidieron organizarse con el objeto de hacerle frente. Para esto es de señalar que ya había surgido el Sindicato de Trabajadores Administrativos de la UAP (STAUAP), organización que por cierto recibió un fuerte respaldo por parte de la comunidad universitaria y de las autoridades de la institución. O sea que los trabajadores ya contaban con un instrumento legal para negociar lo relativo a sus principales demandas, y una de ellas era precisamente la creación de un círculo infantil. En aras de satisfacer esa petición, el STAUAP a sus miembros formar una comisión que se diera a la tarea de hablar con el doctor Guillermo Cabrera Candia, director del aún Hospital Civil de Puebla, con el objeto de solicitarle el espacio vacío perteneciente al área del “pabellón de niños”—que formó parte del antiguo Hospital Civil—inaugurado por el gobernador José Mijares Palencia el 16 de abril de 1933, para que sirviese provisionalmente como alojamiento de los hijos delos trabajadores. La respuesta del doctor Cabrera Candia fue afirmativa, girando instrucciones para que dicho espacio fuese amueblado con enseres del mismo nosocomio. Los padres de familia –que al principio sólo eran diez, tanto en el turno matutino como vespertino—continuarían llevando los alimentos de los infantes 4
Como era de esperar, los niños pioneros del círculo infantil no tuvieron en la etapa formativa de esta instancia los elementos pedagógicos necesarios ni las condiciones físicas y ambientales idóneas : sólo conocieron paredes elevadas, pisos fríos, y técnicas educativas rupestres, lo cual se comprende de suyo si tomamos en cuenta la improvisación que caracterizó la primera etapa del citado círculo.
Sin embargo la comisión promotora no se desalentó ante las dificultades, decidiendo solicitar una entrevista con el entonces rector Sergio Flores Suárez, a fin de pedirle su apoyo. Éste no titubeó en dar una respuesta afirmativa, lo cual no es de extrañar tomando en cuenta que era una persona—como señalamos en líneas anteriores—plenamente identificada con el movimiento de Reforma, y, desde luego, con los trabajadores de la institución. Fue durante su gestión que el gobierno estatal cedió a la universidad el antiguo Hospital Civil, enfrentándose al difícil —pero estimulante—problema de convertirlo en Hospital Universitario.
El 30 de abril de 1975, último día de su gestión—y Día del Niño— el rector Sergio Flores Suárez inauguró oficialmente la guardería. El director del Hospital Universitario era el doctor Rafael Valdés Aguilar quien, con el apoyo del rector, de inmediato otorgó el espacio físico y el mobiliario requerido, aparte de designar a una persona que se diese a la tarea de cuidar a los niños. ¿Por qué las autoridades decidieron que la guardería se instalase en el área de la salud? Esto se debió a que la institución (debido a los problemas económicos que enfrentaba en esa etapa) no estaba en condiciones de ubicarlo en otro lugar . Además, se tornaba necesario aprovechar toda la estructura arquitectónica del Hospital Universitario que, como señalamos, había sido cedido apenas dos años atrás por el gobierno del Estado a la universidad.
Fue así como se inició la actividad el círculo infantil. En una primera etapa éste sólo atendía de manera gratuita a los hijos de los trabajadores de intendencia y administrativos. Los trabajadores académicos pagaban una cuota por dicho servicio, misma que se les descontaba en nómina. Pero poco después, al surgir el Sindicato Único de Trabajadores de la UAP (SUNTUAP), éste pacta con la institución el derecho de todos sus miembros —incluyendo los académicos e investigadores— a contar con el servicio de referencia. De esta forma éste se generaliza para todos los trabajadores de la universidad.
Fuente: Tiempo Universitario. Año 9, numero 17, H. Puebla de Zaragoza, diciebre 2006.
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