La última película del galardonado director Steven Spielberg, cuenta las experiencias del amor que tiene un niño por el mundo del cine, y cuando crece, ese aprecio hace que desee dedicar su vida al arte de hacer películas.
Lo interesante de esta historia es que funciona como una semi autobiografía del propio Spielberg, quien narra su infancia, pero con personajes distintos a los miembros de su familia. El protagonista de esta cinta es Sammy Fabelman (Mateo Zoryon Francis-DeFord y Gabriel LaBelle), quien actúa como el avatar de Spielberg, y descubre su amor por el cine gracias a que sus padres, Burt y Mitzi Fabelman, lo llevan por primera vez al cine.
Steven Spielberg habló en el Festival de Toronto sobre las dificultades del proceso de plasmar sus experiencias a la gran pantalla:
“Pensé que iba a ser mucho más fácil de lo que resultó, porque ciertamente conozco el material y a todos los personajes de toda mi vida”.
“Sin embargo, descubrí que esto era, para mí, una experiencia muy abrumadora, porque estaba intentando de una manera semiempírica recrear grandes recuerdos, no solo en mi vida, sino también en las vidas de mis tres hermanas y mi madre y mi padre, que ya no están con nosotros. Emocionalmente, fue una experiencia muy, muy difícil de superar”.
Un aspecto muy importante sobre esta película y la vida de Spielberg es como la lógica y la ciencia compiten con la imaginación y el arte, siendo ambos partes fundamentales del propio Steven.
En palabras del propio director esta película se define como: “una sesión de terapia de 40 millones de dólares”.
Mario Valadez
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