Gabriel Miró Ferrer nació en Alicante el 28 de julio de 1879. Estudió Derecho en la Universidad de Valencia, pero se licenció en la Universidad de Granada en 1900. Ocupó cargos modestos en el Ayuntamiento de Alicante y en su Diputación provincial.
Colaboró en numeroso periódicos y revistas españolas y americanas: El Heraldo, Los Lunes de El Imparcial, ABC y El Sol de Madrid, y Caras y Caretas y La Nación de Buenos Aires.
En 1901, el mismo año en que escribe su primera novela, La mujer de Ojeda, contrae matrimonio con Clemencia Maignon.
Con los técnicos de Obras Públicas, que entonces estaban construyendo carreteras, viaja por el norte de la provincia; de esta experiencia nacen dos novelas, Hilván de escenas (1903), y Del vivir (1904), donde encuentra su personal estilo.
Su primer éxito, y el reconocimiento literario, llegó en 1908, cuando obtiene el premio del concurso convocado por El Cuento Semanal con su novela corta Nómada.
El premio le abre las páginas de la prensa madrileña y sus colaboraciones aparecen en Los Lunes de El Imparcial y en Heraldo de Madrid. Publica entonces una novela breve y muy intensa, que ya tendría redactada, La novela de mi amigo, y tarda aún dos años en concluir la obra en que había puesto sus ilusiones de juventud, y en la que venía trabajando tal vez desde 1902: Las cerezas del cementerio, que se publica en Barcelona en 1910.
Desde 1914 anduvo empleado en la Diputación de Barcelona, donde se trasladó a vivir. En la capital catalana trabajó para la editorial Vecchi & Ramos, en la Enciclopedia sagrada y colaboró en la prensa barcelonesa: Diario de Barcelona, La Vanguardia y La Publicidad.
En 1918 comienza a escribir en el diario La Publicidad los artículos que han de formar parte de El humo dormido.
Gabriel Miró fue calificado por Jorge Guillén como escritor único en su país y en su época; y por Dámaso Alonso como el más intenso y expresivo artista del lenguaje, ya que fue uno de los escritores más originales y renovadores del panorama literario español del siglo XX.
En 1920 fue nombrado funcionario del Ministerio de Instrucción Pública en Madrid y allí permaneció los últimos diez años de su vida.
1921, año en que publica Nuestro Padre San Daniel, primera parte de su magna novela sobre Oleza en la que venía trabajando desde 1912.
Durante el verano de 1921 realizó las vacaciones estivales en Polop de la Marina, a donde acudió buscando mejorar y fortalecer la salud de su hija Clemencia; de estas experiencias surgen las mejores páginas de Sigüenza, las que figuran en su último y más perfecto libro, Años y leguas (1928).
En 1925 ganó el premio Mariano de Cavia por su artículo Huerto de cruces.
Falleció en Madrid el 27 de mayo de 1930, como consecuencia de una apendicitis, cuando tenía cincuenta años.
Aziel Reyes
Referencias
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