La fotografía de conciertos puede llegar a verse un poco intimidante al principio, porque a diferencia de otros tipos de fotografía, aquí no se tiene el control total de la escena, tanto de dirigir como el de mover luces, o incluso el movimiento que estas tienen en el escenario, la distancia en la que te encuentres también puede llegar a ser un factor importante para capturar una buena fotografía. Todo cambia constantemente: la iluminación, los movimientos, las expresiones… y es ahí donde inicia la magia.
Uno de los factores más desafiantes es justamente la luz, muchas veces puede llegar a ser limitada, y otras cambia tan rápido que es difícil capturar un momento cuando está presente. Como fotógrafo, se debe adaptar a las condiciones del lugar, ser observador, y anticiparse ante los cambios posibles que puedan llegar a ocurrir en el momento.
La distancia también es importante, estar muy lejos puede limitar las posibilidades, estos espacios suelen ser más accesibles y la cercanía permite capturar con más detalle los encuadres, posiciones que puedes tomar para capturar una buena foto.
Ser creativo, a la hora de retratar un concierto puede llegar a ser retador, el buscar detalles, retratar a los espectadores, jugar con las sombras y los colores, enfocarse también en los instrumentos y no solo en el artista, etc.
La fotografía de conciertos no se trata solo de capturar al artista, sino también es contar una historia. Ser creativo en medio del caos visual es un verdadero reto, pero también una oportunidad.
Capturar al público, las emociones compartidas, los colores, las sombras, los gestos, los instrumentos. Todo eso también forma parte del espectáculo. Cada concierto es una experiencia irrepetible. Cada foto que tomas es una forma de inmortalizar no solo lo que viste, sino lo que se sintió en ese momento. Aprender a fotografiar en estas condiciones es, en muchos sentidos, aprender a soltar el control, a fluir con el ritmo y a estar presente. Y eso, más allá de la técnica, es lo que realmente nos forma como fotógrafos.
La fotografía de conciertos también implica saber cuándo bajar la cámara. Hay momentos que son para vivir y no para capturar, y entender eso es parte de crecer como fotógrafo. No todo se trata de conseguir la mejor toma, sino de ser parte del ambiente sin interrumpirlo.
Frida Castillo
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