Ma vie de Courgette o Mi vida de calabacín es una película animada franco-suiza de stopḿotion estrenada en 2016. Este largometraje de drama y comedia, dirigida por Claude Barras, tiene de cómo actores de doblaje a Gaspard Schlatter, Paulín Jaccoud, Sixtine Murat, Michel Vuillermoz, entre otros. Está disponible para ver en Amazon Prime y Apple TV.
Tras perder a su madre, Icare o Calabacín (cómo prefiere ser llamado), es un niño que ha sido enviado a un orfanato con otros niños de su edad, ahí comienza a forjar una amistad con sus compañeros, quienes se encuentran en ese lugar por situaciones parecidas (o más trágicas) a las de Calabacín, pronto crea un vínculo con una niña que recién ingresa y descubrirá que no estaba tan solo cómo él creía.
La historia que nos presenta Ma vie de Courgette es amigable y fácil de digerir, se apoya principalmente de una narración lineal y de elementos visuales simples pero enriquecedores a la trama, desde las formas que tienen los puppets, redondos, de brazos largos y de rostros simpáticos, nos hace recordar a esos libros infantiles de ilustración; los ambientes y escenarios no son demasiado detallados, solamente buscan darle un espacio en el que se desenvuelvan los personajes y que proporcionan el contexto necesario al espectador.
A pesar de contar con este carácter amable visualmente, no se trata de una película específicamente para un público infantil, pues el trasfondo de cada uno de los personajes se sobreentiende a través de una perspectiva más adulta, los traumáticos y desafortunados pasados que acompañan a los personajes son revelados de una forma superficial, sin ahondar mucho en ellos, más bien se toma como punto de partida para entender la personalidad de cada uno de los niños que viven en el orfanato.
Ma vie de Courgette invita a disfrutar de una historia, que aunque parece desafortunada al principio, nos lleva de la mano junto con los niños protagonistas para acompañarlos en ese viaje de amistad y de solidaridad que encuentran en un punto donde se sentían desdichados y solos, sin duda, una muestra de la pureza del corazón de un niño.
Daniela Ramírez López
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